top of page

ESTAMOS EN NUESTRO 20 ANIVERSARIO

VINS IMANOL GARAY

Lejos del ruido convencional del mundo del vino, Imanol Garay cultiva en los Pirineos una viticultura profundamente intuitiva y emocional. Originario de San Sebastián, encontró en el suroeste de Francia su refugio creativo, donde trabaja con terrenos en Irouléguy y comprando uvas de Rioja y Navarra según lo dictado por cada añada. Su enfoque nos aleja de modas y certificaciones: su viñedo sigue pautas biodinámicas y cada fermentación, cada crianza, está guiada por lo que el momento pide, con apenas unos gramos de sulfuroso al final y cero aditivos.
En su bodega conviven barricas, tinos de hormigón y ánforas artesanales, junto a un piano que armoniza los silencios de la fermentación. Esta alianza entre técnica y sentimiento da como resultado vinos que no suenan ni huelen, sino que "sienten": desde blancos vibrantes como Ixilune, fermentado en forma ancestral, hasta tintos como Clandestinus, crujientes y preenchidos de intensidad. La diversidad de varietales —Petit Courbu, Tannat, Garnacha, Riesling, entre otros— se traduce en una paleta sorprendente, siempre coherente con la filosofía de libertad de Imanol.
En su poesía enológica no hay gestos ostentosos. Lo sorprendente es la sutileza con que cada sorbo cuenta paisajes, memorias y sensaciones. Tal como lo describe un conocedor: "en la copa hay pasión, infancia, alas de viento, niebla al amanecer y la energía viva de lo natural". Garay no elabora vinos para probar, sino para sentir, para entrar en sincronía con cada trago que invita a escuchar y ser escuchado.

bottom of page