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ESTAMOS EN NUESTRO 20 ANIVERSARIO

CASA AURORA

En lo alto del Bierzo Alto, entre montañas y bosques, Germán R. Blanco decidió rendir homenaje a su bisabuela Aurora García y a su infancia en Albares al fundar Casa Aurora. Es un proyecto que nace del rescate de viñedos olvidados y de las prácticas tradicionales del pueblo, intentando embotellar paisajes, historias y formas de hacer arraigadas en su tierra. Se alía con la naturaleza para crear vinos que respetan el pasado sin perder de vista el presente.
El viñedo se encuentra en laderas desafiantes de entre 780 y 1.000 metros de altitud, sobre suelos rojos de arcilla férrea combinados con gravas graníticas, rodeado de robles y castaños. Las variedades predominantes —Mencía, Garnacha Tintorera y Palomino— conviven en armonía en parcelas repartidas por la montaña, donde cada racimo cuenta la lucha por sobrevivir en un entorno extremo. Su cultivo es 100 % natural: no utiliza herbicidas ni fertilizantes sintéticos, y recurre a infusiones tradicionales como cola de caballo, algas, ortigas y suero de leche para mantener la salud del viñedo con respeto y coherencia.
En bodega, Germán trabaja con mínima intervención, fermentando de forma espontánea y usando una variedad de recipientes —ánforas, foudres, huevos de Flextank, barricas usadas— buscando que el vino fluya libremente, con carácter y autenticidad. Vinos como Pepink, ese clarete cálido de campo, La Nave, expresivo y directo, o Poula, el ensamblaje definitivo de lo mejor del viñedo, nos conectan con la montaña, la memoria y el latido de una viticultura que desafía la facilidad y abraza la singularidad.

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