En este vino se ha querido hacer un guiño a las elaboraciones tradicionales, eligiendo la mejor partida de vino "fresco" y reservándolo para su maduración en depósito sin pasar por barrica (20%), el resto del vino pasa a barricas de roble francés de 300 litros usadas, donde ha permanecido durante 10 meses. La mezcla final del vino envejecido en barrica y madurado en depósito, pone en nuestras copas un vino alegre, elegante, fácil de beber pero que hace volar nuestra imaginación, en definitiva, un soplo de aire fresco en nuestro paladar.